dimarts, de febrer 15, 2005

Dublin '05

Glendalough

Hoy, entre los dos lagos,
Hemos visto el ocre del agua delatando un mundo de raíces.
Hoy ese mundo subterráneo ha abierto su gran ojo verde
Y nos ha mirado.

Allí los arboles se juntan por manadas
Mientras que algunos, solitarios,
Se tiran por las pendientes
Hasta entender que la aspiración de todo árbol es alcanzar el cielo.

Hoy, entre los dos lagos,
Hemos visto legiones de bosque diminuto
Trepando por los troncos
Pintándolos, abrigándolos.


Y al final del día, en la noche,
Fuimos, sin darnos cuenta, pura montaña
Aire puro y ligereza
Pensamiento agradecido al tiempo de vivir
Que se dobla y se propone como un abrazo
Como si nunca hubiera existido entre nosotros
el cemento y el frío
Y reímos hasta el amanecer.




El irlandés errante

En las ultimas horas, cuando todo termina,
y la herencia del rok fluye delante nuestro
como el alcohol exhausto de unas ramas celestiales
sentimos una brizna de nostalgia por haberles visitado
a estos isleños entrañables, hijos del frío,
la niebla
y el amor tan castigado.
Raspa Blanca