Pasado el primer momento de asombro, paso a contaros de que van estas fotos. Se trata de personajes de un espectáculo de sombras chinas, 皮影, una técnica antigua y preciosa de títeres. Con un lienzo blanco y una luz en las espaldas, los titiriteros manipulan delicadas figuras hechas de tripas de vaca o burro curtida, cortada y pintada. El resultado es increíble: en el lienzo sólo se proyectan las figuras, pero nada, o muy poco, se ve de los titiriteros y las varillas. Tras la representación pudimos probar de moverlas nosotros, y sobre el blanco aparecían torpes sombras humanas que se interponían entre la luz y el lienzo. No sólo se trata de sutileza de movimientos, el titiritero también debe controlar las zonas de luz y sombra.
Y esto sucedió el domingo, cuando sin que yo supiera absolutamente nada, se organizó una representación en un dormitorio, con la excusa y motivo de tardía fiesta de mi cumpleaños, ya que en enero, con casi todo el mundo disperso de vacaciones, no se pudo hacer una fiesta grande.
Una compañía profesional vino hasta la universidad, liderados por un maestro de setenta y pico que en su día ya actuó para el presidente Mao, y que ha viajado mucho al extranjero para ofrecer este espectáculo.
Estos personajes toma parte en la representación del proverbio
鹬蚌相争,渔人得利 (yù bàng xiāng zhēng, yúrén dé lì): 'Luchan el ave yu y la almeja; el pescador saca el provecho', algo así como 'A río revuelto, ganancia de pescadores'.
Un proverbio antiguo y una representación que viene de la dinastía Han, hace más de 2000 años. El ave se esfuerza en abrir la almeja hasta que al final ésta le atrapa el pico entre sus valvas. Entonces el pescador aprovecha para atraparlos a los dos.