dissabte, de febrer 24, 2007

Wo bu shi zhongguoren


Incluso la fotografía turística puede a veces ayudar a descubrir la realidad de un lugar...
Un abrazo a nuestro últimos visitantes, que dejaron sus toros respectivos diseminados por este país

dimecres, de febrer 21, 2007

postales chinas # 6

Mercado de Flores y Pájaros de Kunming

Rejas en los balcones en bloque de apartamentos, Kunming


Té Ocho Tesoros, 八宝茶

Tumbas en los montes volcánicos de Tengchong

Contraluz del atardecer en Kunming


Callejuela de Kunming

dimarts, de febrer 20, 2007

postales chinas # 5

Tras Pingyao, fuimos hacia Xi'an, donde el grupo (Regina, Dani, Jaime y Óscar) se fue para Shanghai y yo cogí un tren que, tras 36 horas, me llevó a Kunming, en Yunnan, la província más suroriental de China, con fronteras con Birmania, Vietnam y Laos. Allí está Edith, ya hace ¡3! años, y Marta, con quien, junto a Su Hyon (ho he escrit bé?), fuimos de 'excursión' a Tengchong, ya casi en la frontera burmesa. El trayecto, de 12 horas, fue en un autobús nocturno y con camas, el de abajo.
(Este tipo de transporte podria estar muy bien, pero presenta algunos inconvenientes al viajero occidental: las camas no siempre son suficientemente largas, acaba oliendo bastante mal, y, en este caso concreto, tenía el altavoz de la tele a tres dedos de mi oreja y era posible cerrar uno de los ventiladores, también a escasos centímetros de mi cara.)

Fuera de sus ciudades, Yunnan ofrece naturaleza alucinante: montañosa, con valles violentos, vegetación semi tropical, y en la zona de Tengchong, geología apasionante. Es lo que vimos en su parque volcánico y geotermal, los cráteres (en chino, kongshan, montaña vacía) de los volcanes (huoshan, montaña de fuego, es que es de fácil...). O lo intentamos, ya que la niebla insistió en ocupar los cráteres. dakongshan

Después, hacia el pueblo de He Shun, donde (palabra de Lonely) los chinos que viven en ultramar eligen retirarse (inciso anti-leyendas urbanas: la gran mayoría de chinos escogen retirarse y morir en su país de orígen, y no en los frigoríficos de los restaurantes...), y que recientemente ha sido nombrado el Pueblo con más encanto de China, que no es moco de pavo. He Shun responde a los ideales tradicionales chinos: tranquilo, adoquinado, casas sólidas de buena madera, terrazas y parques para tomar té, pescar y, sobretodo, jugar a las cartas, asomados a las huertas, al lago, al fregadero comunal o a los campos de colza, que colorean toda la província en esta época.

En general, es un pueblo un poco artificial, de veraneo (cobran una entrada de 50 yuanes). Pero, tras callejear, una anciana nos presenta su casa, y la de los vecinos, y nos habla de su historia, del tipo de madera, de algunos húespedes ilústres. Nos enseña el patio interior, oscuro, rectangular, y el altar con fotos de antepasados. Se percibe la historia, la tradición, y una mezcla de respeto, orgullo y elitismo. Sumado a algunas fotos de la biblioteca, de estilo colonial, y a la información del museo de la guerra con los japoneses en la entonces Burma durante la Segunda Guerra Mundial (que afectó a Yunnan), todo junto me da la sensación que este pueblo se ha 'saltado' los años del comunismo, y se vincula a sí mismo con la tradición china, viva aún entre la diaspora china, la americana, la taiwanesa, y la interior.

Templo de los Ancestros, He Shun



Y, de vuelta en Kunming, aún me quedo tiempo para acercarme a la casa donde había vivido hace ya seis años, en mi primera estancia en China, en Zheng He xiao qu, de camino al lago Dianchi. Creo que era el cuarto de la foto de arriba. El desarrollo de los alrededores hace casi irreconocible el barrio, y de nuevo siento esa extraña sensación que provoca cuando un pedazo de pasado desaparece, la naturaleza geológica del tiempo, la acumulación de capas. Y el contraste entre la imagen del recuerdo y la mirada presente hace ver, diáfanamente, todo lo que nosotros le añadimos a un lugar.



Otro aparte: de camino se puso a llover, y tuve que cobijarme en la marquesina del autobús. Pero no tuve que esperar demasiado porque, como petardos de años nuevo anticipados, una docena de bombazos de control atmosférico rompieron las nubes y dejo de llover. Y es que China usa mucho este sistema, sobre el que están investigando mucho con miras a unos Juegos Olímpicos secos (pero agosto es temporada de lluvia...si no llueve entonces, ¿cuando lloverá?)

Postales chinas # 4

La siguiente escala: Pingyao, ciudad que aún conserva su núcleo antiguo amurallado de la dinastía Ming, y cuyas calles y casas se corresponden con muchas de las ideas que tenemos en Occidente sobre China: farolillos, madera y cerámica, patios silenciosos.



El hostal, el Yamen, fantástico. Habitaciones donde se duerme encima de falsos kang, una estructura elevada propia del frío norte de China, con un brasero debajo que lo mantiene caliente, y donde se duerme, se come, se pinta, se vive.


El turismo mantiene vivo el casco antiguo. Hostales, restaurantes, tiendas de souvenirs, se suceden en las calles principales. Sin embargo, también hay vida más allá del visitante, y la ciudad tiene un encanto inequívoco.



Postales chinas # 3

De Pekin a la primera escala, Datong, horrenda capital norteña de la metalurgia y el carbón, pero que a pocos kilómetros presenta verdaderas maravillas. 70 km al norte, el Monasterio Colgante, 悬空寺, fachadas de pavellones que entran en la roca, sostenidos por frágiles postes de madera antigua (aunque quizá no tanto como los 1400 años de antiguedad de la construcción) que albergan los habituales budas, bodhisattvas y guardianes.


A 20 km de la ciudad se encuentran las cuevas de Yungang (yungang shiku, 云岗石窟), que junto las cuevas de Mogao, en Dunhuang y las de Longmen, en Laoyang, conforman el trio de escultura budista colosal de China. Más de 50mil estatuas ocupan las bóvedas perforadas en un risco, con influencia aún del budismo indio, y que trazan líneas hacia lo que será el posterior desarrollo de la escultura y la arquitectura chinas.




Postales chinas # 2



Al llegar a Pekín, las vacaciones de invierno y la proximidad del Festival de Primavera, con el que el calendario lunar chino inicia un nuevo año, ya le habían dado a la ciudad una calma inusual, sin los habituales duche (atacacos) y con la atmósfera ideal para pasear y percibir detalles curiosos. Y más, a través de unos ojos frescos, como los de Dani, que vino de Madrid a pasar unos días.


Escenas en el lago norte de Houhai

Quizá fue la calma del ambiente ( y la sonrisa de Regina) lo que hizo que el guardia de la zona olímpica nos dejara pasar al site, donde pudimos ver de cerca las obras del Estadio Olímpico y del edificio que albergará las pruebas de natación (arriba), cuya cubierta recrea ondas en la superfície del agua, burbujas o gotas.

Ocasión para una nueva visita al distrito artístico de 798, y algunos descubrimientos, como la obra de Anui (abajo), expuesta en Paris-Beijing Photo Gallery.




Anui, 亚牛, Times of Fantasy, 虚妄的时光

So far, So Close. 这么远,那么近

dilluns, de febrer 05, 2007

Postals xineses #1

Traques i coets pels volts de les 12 amb la Torre de la Campana de fons.


Aquest blog ha estat aturat per vacances. Primer, uns dies per Barcelona i Premià, molt ràpids i intensos, que no em van permetre veure a tothom. I en tornar a Xina, uns quants dies donant voltes, en gairebé tots els mitjans de transport possibles, inclosos infectes autobusos i el meu primer vol intern. Començo destitjant molt bon any nou xinès (del Porc) a tothom, que va començar divendres al vespre, amb una sessió de pirotècnia popular al·lucinant que va encendre tota la Xina, i de la qual encara se'n senten els darrers petards.

La prova: un Laphroigh a la barra del Gimlet del Born.